Tranquila travesía a vela , con el barco que pierde así un nudo por los bajos sucios , a pesar de que los ha buceado Miguel varias veces.
Tenemos que manejar la caña directamente , pues nos hemos cargado el piloto automático al caernos sobre él, y se ha doblado el brazo que empuja la caña.
Unas frituras en Cádiz.
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